Pocos hombres le hacen ascos a una jovencita (también llamadas Lolitas) de piel fresca y carnes duras. Recién salidas de la adolescencia o acabadas de entrar en la juventud, las mujeres, a poco que sean monas, acostumbran a ser sexys. Empujadas por el ímpetu y la energía de la edad, las amantes jóvenes, además, tienden a comportarse en la cama como auténticas leonas del sexo. O así, al menos, las imaginamos los hombres a esa edad: como a mujeres fogosas y apasionadas, como a auténticas e incansables máquinas de follar. Quizás por eso las deseamos tanto: porque a esa edad las chicas tienen el brillo que solo puede dar la juventud y porque nos hacen intuir sesiones agotadoras de folleteo y lujuria.
Pero hay un tipo de hombre (llámale más sabio, llámale más experimentado) que no se deja arrastrar por el irresistible atractivo de la juventud. Ese hombre busca algo que no tiene tanto que ver con la frescura como con la exquisitez. Para estos hombres, nada mejor para follar que encontrar la compañía sabia y experimentada de una mujer madura. Frente al encanto de las chicas jóvenes, estos hombres se muestran partidarios de meter en su cama a una MILF.
¿Qué es una MILF? Las siglas MILF vienen de la expresión 'Mother I’d Like to Fuck you', que podría traducirse al castellano por algo asi como 'Mamá, yo quisiera follarte'. Es decir: la MILF es aquella mujer que tiene ya la edad suficiente para ser madre pero que aún mantiene bien conservados muchos de esos encantos que asociábamos a la juventud.
En un lenguaje más castizo, la MILF sería esa cuarentona (y en algunos casos, hasta cincuentona) que hace girar la cabeza a los hombres que se cruzan con ella por la calle y que dan encanto a la salida de los niños del colegio. Allí, a la puerta del centro educativo, se arremolinan padres y madres a la espera de sus hijos. Las MILF serían, por decirlo de algún modo, aquellas madres a las que cualquiera de los padres presentes en la cola del colegido se follarían bien a gusto. Por guapas, por bien conservadas, por provocativas, por ser capaces de hacerles imaginar los polvos más satisfactorios...
Sensuales y sabias
Y es que la sensualidad de las MILF no por ser menos obvia es menos arrebatadora que la sensualidad de las jovencitas. Ser atractiva a los veinte es fácil. Cuando se sigue siendo atractiva a los cuarenta y tantos es, simple y llanamente, porque el "material", por decirlo de algún modo, es de auténtica calidad y más en ciudades como Barcelona.
Seguir siendo sexy cuando se ha superado la barrera de los cuarenta y cuando los cincuenta están a la vuelta de la esquina es haber salido airosa de la prueba del algodón de lo genéticamente sexy. Y eso los hombres con algo de experiencia en la vida lo valoran mucho. Lo que en la amante joven en ocasiones es apresuramiento, en la amante madura es una dosificación absoluta de los tempos. O, dicho de otro modo: es sabérselas todas a la hora de follar. La amante MILF puede ser lasciva y lujuriosa, pero siempre será sabia a la hora de joder. La amante MILF sabrá en todo momento que todo requiere su tiempo y sabrá entender, mucho mejor que la amante joven, las necesidades del hombre que tenga entre sus brazos.
Muchos hombres, además, colocan a las MILF en lo más alto de sus preferencias sexuales por una cuestión de afinidad vital. Siendo ya hombres maduros y sabedores de que toda relación se basa en una interacción y de que ésta no es solo puramente física, estos hombres buscan amantes que tengan temas de conversación afines a los suyos. Y eso, claro, solo pueden encontrarlo habitualmente en mujeres maduras y con edades muy cercanas a la suya. Las referencias culturales serán probablemente las mismas. Si los amantes hablan de música, conocerán muy probablemente a los grupos y solistas que el otro cite. Y lo mismo les pasará con las películas. Esto, cuando el hombre tiene ya una determinada edad y su amante es joven a rabiar, es más difícil que pueda producirse. Y el silencio no le sienta bien al sexo.
Por otro lado, los hombres debemos asumir algo que no siempre estamos dispuestos a asumir. Nuestras facultades menguan con los años. Mengua nuestra fuerza, nuestra agilidad y nuestra flexibilidad. Y mengua, también, nuestra potencia folladora. Los récords que establecimos años atrás quedan ya lejos de nuestro alcance. Con los años, buscamos (porque no nos queda otro remedio) un sexo más sosegado. Follar con más calma. Nos lo exigen nuestros músculos y nos lo exige, también, nuestra "pistola". Para empezar, acostumbramos a necesitar mucho más tiempo para "recargar el arma". Por eso debemos aprovechar al máximo cada polvo: porque no sabemos cuándo vamos a estar listos para disputar el siguiente. Esto nos hace mirar con prevención determinados desenfrenos. Esto nos hace mirar con cierto respeto (o, directamente, con miedo) a las jóvenes leonas del sexo, a las que por edad, les corresponder ser folladoras incansables. Nuestra autoestima no está siempre preparada para afrontar según qué retos. Por eso, a determinada edad, empezamos irremediablemente a valorar los innegables encantos de las MILF y, sobre todo, su forma de encarar las relaciones sexuales, ese follar más sabio y pausado. Más humano, en definitiva.
En Girls Barcelona tenemos unas cuantas escorts MILF, haremos un repaso de las más famosas de la ciudad. Cuidado, crean adicción...