Hay muchas formas de vivir la vida. Podemos hacerlo dejando que se escurra entre los dedos o podemos vivirla a grandes tragos, apurándola al máximo y deleitándonos en gozarla. A mí me gusta de esta segunda manera y así es como procuro vivirla. Por eso, dicen mis amigos, es tan divertido estar a mi lado y compartir conmigo cualquier tipo de aventura. Y por eso se quedan por siempre en la memoria como un pequeño anticipo del paraíso soñado. Me llamo Johanna y, dulce y cariñosa, me considero la cómplice ideal para descubrir lo bella y gozosa que puede ser la vida.